No cambió muchos jugadores, pero sí los puso en su lugar. Le dio la confianza a Agustín Rossi, y le tiró la 9 al incansable Bordacahar.
Pero la principal virtud que por lo menos yo le destaco, es la identidad que le dio a este EQUIPO: fue el único entrenador que intentó ascender jugando al fútbol: como lo debe hacer Chacarita y más aún en esta división. Es la primera vez que se ve un EQUIPO protagonista en cualquier cancha, y que eso no queda solo en palabras.
También hay que valorar la fortaleza en la que se transformó El Templo: desde que él está en el banco, ganó 5 y empató 1. Para un torneo complicado como el Nacional B, ésta condición es muy importante.
Culmino el campeonato invicto producto de 9 victorias y 3 empates.
"... todos la vuelta vamos a dar ..."
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