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lunes, 18 de abril de 2016

Comentario del partido: "Punto a Casa"

En la apertura de la fecha N° 12, Chacarita viajaba a Misiones para enfrentar a Crucero del Norte, en un partido donde debía afirmar si aún mantenía aspiraciones de pelear entre los primeros puestos. El funebrero venía de caer como local frente a Nueve Chicago y cortando así el invicto de Walter Coyette que, para sorpresa de algunos, repetía el mismo 11. Ese 4-2-3-1 que tan buen resultado le trajo al DT, salía nuevamente a la cancha para revertir la imagen entregada en San Martín, intentando reafirmar el buen juego colectivo logrado por momentos frente a Ferro y Ctral. Cordoba, y luego coronado con Instituto. Pero lejos, muy lejos, estuvo este Chacarita de aquellos rendimientos. Sin ir más lejos, se asemejó mucho más a lo exhibido frente al conjunto de Mataderos.

Cuando el partido recién se iniciaba y el tricolor aún no podía hacer pie en la grama bahiana de Posadas, un desborde de Oroz y un gesto de Coniglio de dejar pasar el balón, habilitaron a Maximiliano Casa para que el funebrero, de manera inesperada, se encontrase con la ventaja en el marcador. Y fue solo eso: aguantar, esperar. El tiempo pasaba y arrinconaba a Chacarita contra su propia meta, resistiendo la embestida rival. Con errores, desinteligencias defensivas y con la idea de salir jugando en absolutamente todas las jugadas pese a las constantes imprecisiones, el funebrero le facilitaba la tarea al rival. Lo tuvo de contra el “Burrito” Rivero en la última del primer tiempo, pero ya haberse ido al descanso con un 1 a 0 a favor, era un premio exagerado.

La segunda etapa no fue muy distinta. Un equipo que aguantaba y otro que iba, aunque ya no con tanta intensidad. Cada vez la idea de un contragolpe quedaba más lejana. El juego y las asociaciones colectivas no aparecían. Chacarita se limitaba a recuperar la pelota y tratar de sostener el dominio del juego, que se complicaba y mucho. Y cuando menos lo esperaba, llegó el empate de Crucero, luego de un tiro de esquina. Sí, una vez más. Y la sacó barata, porque al minuto Pedro Fernandez tapó lo que era el segundo.
Y cuando las esperanzas se diluían, a los 85 minutos de juego, se hizo el cambio que todos los hinchas esperaban: a la cancha Damián Manso. Y demostró por qué lo esperaban. Todo lo que Chacarita no hizo en 85 minutos, lo hizo en 5. Dominó la pelota en campo rival, puso gente en ataque, manejó los tiempos. ¿Tarde? Sí. El partido pedía a Manso prácticamente antes que termine el primer tiempo.

Siempre es bueno sumar, y más fuera de casa. De la mano de Walter Coyette, Chacarita cambió la mentalidad al jugar de visitante: obtuvo 8 de los 12 puntos en disputa en esa condición. Negar que Manso debió ingresar mucho antes, es tan equivocado como no reconocer el gran trabajo del DT del funebrero (4G 3E 1P).

(Foto: Diario Jornada)


Lucas Zammarano

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