La semana se hizo totalmente interminable, pero la entrada que decía "INAUGURACIÓN DEL ESTADIO DE CHACARITA JUNIORS" con el fondo amarillo de la empresa proveedora de las entradas reinaban en el estante que se ve desde todas partes de la casa. Era pasar a cada rato y mirarla, deseando, cual chico la noche de navidad, que llegue el domingo para volver a encontrarnos con aquellos con los cuales nos une la pasión por la camiseta mas hermosa del mundo en nuestra casa, porque somos todos uno cuando nos juntamos a vivar los colores que nos recorren la piel y hacen que nos olvidemos de todo, al menos, por algunas horas.
Ir para la habitación y ver sobre el escritorio, la camiseta junto con la bandera, bajo los posters de "La vieja" Moreno, "Bombon" Rosada y "Burrito" Rivero y salir del cuarto, cantando alguna que otra canción de aquellas que se cantaban, hasta ese momento, en la tribuna de Almagro; esas canciones que, a partir del Domingo, volverán al lugar del que no debieron irse nunca, pero del que, seguramente, no saldrán más que para visitar algún otro estadio, si es que en este país vuelven a permitir el publico visitante
Sábado por la noche, la tecnología calma las ansias de la garganta de querer gritar "CHACA, MI BUEN AMIGO...." gracias a You Tube que permite ver a la hinchada mas fiel del mundo, la del funebrero; 3:00 am y el insomnio que empieza a jugar su partido, junto a la ansiedad y en el primer minuto, le gana 3 a 0 (como mínimo) a mis ganas de dormir.
Llega la mañana y con ella, el café con leche y las facturas para desayunar, siempre obnubilado, cual perro cuando le tiras un hueso con un poco de carne para que coma, por las entradas; Mientras llegan las fotos de los preparativos en el estadio, aumenta el calor en sangre, como cada vez que nos toca llegarnos a Mitre y Gutierrez. Y Salimos....
Recuerdo haberme tomado el bondi, el 111 cartel rojo, y caminar por Mitre hasta Gutierrez, saludando conocidos y sonriendole a algunos vecinos que vociferaban el "Vamos Chaca viejo noma' " a cada rato porque, claro, como cada vez que juega el tricolor, Villa Maipú ( y adyacencias) se tiñen de Rojo, Blanco y Negro. Mi hermana, de por allá 6 años, iba saltando agarrada de mi mano, gritando "Chacarita, Chacarita, Chacarita"
El subir los escalones previos a la tribuna fue lento, pero no porque sea pesado, sino por el disfrute de subir los escalones de mi casa, de la tuya, de la casa de todos nosotros; Nos ubicamos sobre el ala derecha de la tribuna, mas que nada por la (poca) sombra que daba uno de los laterales y para intentar preservar la salud de la mas pequeña de mi familia, porque la mía, sinceramente, me importaba muy poco, podía morirme en ese instante que iba a ser feliz; El calor sofocaba a todo aquel funebrero que estuviera en la tribuna, el agua que lanzaban los bomberos desde el césped refrescaba un poco las cabezas de los que allí estábamos, pero el verdadero calor, lo teníamos adentro y lo expresábamos en cada canción. "VOOOSS SOS UN SENTIMIENTO QUE SE LLEVA DENTRO DE MI CORAZÓN, SEEE QUE DARÍA TODO POR LA CANCHA NUEVA, POR VERTE CAMPEÓN YYY PONIENDO MAS HUEVOS CHACA ESTE AÑO SE VA DE LA B, PARA NO VOLVEEER" desgarraba la garganta de todos nosotros porque eramos felices. Poco importaba en ese momento que el, en ese momento, gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli o el cumbiambero "El Polaco" estén presentes y hasta hayan hecho un mini show (Uno "pateando" un penal y el otro cantando) para todos los presentes. Hasta irrelevante, al menos para mi, fue el partido ante Argentinos, mas allá de que siempre que la tricolor este en cualquier cancha quiero que gane.
Se iba yendo la tarde, el partido y comenzaban los fuegos artificiales que presagiaban el final de una tarde inolvidable; Aun recuerdo patente la pregunta de mi hermanita, atónita por los fuegos de artificio. "¿Porque tiran fuegos artificiales? ¿Ganamos?" inmediatamente contesté "No, es porque volvimos a San Martín" y con la rapidez de un adulto, esbozó "Para siempre"; En ese momento comprendí que pueden pasar miles de cosas, pueden pasar miles de personas, pueden pasar miles de dirigentes, cuerpos técnicos y jugadores pero lo que nunca va a pasar es el infinito amor por estos colores. ¡A todo el pueblo funebrero, Salud!
Jonatan Gramuglia